PREMONICIONES:

Tenía 8 años, vivía en Guadalajara, me levanté asustada, un sueño demasiado nítido, casi real, casi tangible, le dije a mi madre, quien me escuchó de mala gana.

-Mamá, tuve un sueño horrible.

-aja

-Soñé que una niña se ahogaba en una piscina, tenía el cabello oscuro, era como de mi edad, después la llevaban a su casa en una caja blanca, yo la veía, estaba pálida.

-Ya desayúnate y vete a la escuela

Todo el día me sentí angustiada, no conocía a la niña pero tenía la sensación de que podía evitar esa tragedia, me sentía impotente.

Regrese a casa y lo primero que me dijo mi madre fue:

-Murió la niña de la casa de la esquina, se ahogó en una piscina, cámbiate y come, más tarde iremos a dar el pésame, no los conozco pero acabamos de llegar a vivir aquí y hay que tener educación.

Me puse pálida, mi madre ni siquiera me había escuchado, se agolparon las imagenes en mi mente, tuve la certeza de lo que iba a ver más tarde, y sentí culpa por no haberlo evitado, pero no sé cómo hubiera podido hacerlo.

Por la tarde mi pesadilla era ya una realidad, la casa era igual que en mi sueño, el ataud y la niña eran la misma y yo parada frente al féretro. Por la noche no quería dormir, no quería volver a soñar, en mi inocencia me sentía culpable de lo que pasó.

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